Edición: 2012-2013
Alfonso Legaz inicia su actividad artística a finales de los 90 publicando relatos y novela. Actualmente desarrolla proyectos de arte de estructura procesual, donde investiga y transversaliza lenguajes que van desde la fotografía al cine documental, desde la palabra al vídeo, en un contexto experimental de procesos y procedimientos donde incorporo ciencias humanas, participación y bases teóricas. Legaz prioriza tanto relaciones inter-disciplinares entre Imagen del Arte y Ciencias Humanas, como la experiencia de comunidad como fuente del yo. La experiencia en relación al objeto futuro, se mediatiza por la apertura consciente de esta experiencia a la llegada de materiales, propuestas e interrogantes que trato y planteo como epifanías al servicio de la experimentación, sobre y con los que ensayo procedimientos y dispositivos que dejo abiertos a la entrada del azar, manejando la intuición como fuente de conocimiento. Los materiales de trabajo acaecidos, los toma como espacios de paso hacia el contacto con regiones de la superestructura de lo social-contemporáneo, cuya huella visible en la experiencia individual y colectiva suele aparecer en forma de fractura o conflicto. A esa apariencia de lo convencional acerca su andamiaje experimental fabricado con los materiales encontrados, para interpelar esa superestructura, asumiendo su instancia de códigos de presentación y convenciones aceptadas comúnmente como la realidad, pero desde del pensamiento de lo real como ejercicio de distancia. Incorpora procedimientos de invitación a la intervención, en algunos casos de autoría expandida a partir de la intención de producir experiencia de comunidad en él y en otros durante el proceso. En ocasiones conecto proyectos nuevos con anteriores, impulsando la instancia activa de intervención del público en el proceso, en contra de la opción de participación que considero pasiva. Situado en lo que algunos teóricos denominan arte posconceptual, su línea proyectual asume la inevitabilidad del objeto y en él la estética, el contexto ilimitado pero concertado a cada instancia y la base conceptual como necesidad primaria, que evoluciona junto al objeto procesual, desde el punto de partida hacia la incertidumbre.